miércoles, diciembre 28, 2005

CAPITULO Nº 8: ESPECIAL NAVIDEÑO

QUERIDO PAPA NOEL:

Lamento decirte que ésta va a ser la última carta que te llegue con mi domicilio en el dorso. Es que muy a mi pesar, te escribo por última vez; y eso que todavía quedan en mi alma recuerdos de aquellas primeras navidades en familia. Esos días que ocurrían sólo una vez al año y eran todo un acontecimiento; la abuela se vestía como si estuviera por concurrir al casamiento de su primer hija, el tío Lalo llegaba con un arsenal de pirotecnia que comenzaba a repartir entre todos nosotros (aunque siempre reservaba para él aquellos petardos más grandes y coloridos). Y a mí, mi mamá me compraba una camisita nueva cada veintitrés de diciembre por aquello de que había que estar de estreno y punta en blanco para la noche del veinticuatro. El único enojado con aquellas festividades solía ser mi perro collie medio anaranjado que huía escabulléndose por entre medio de piernas, explosiones, camas y ladridos que taladraban oídos propios y ajenos.

Pero más allá de todo eso, lo importante era que lo pasábamos en familia. Sí es cierto, yo ni siquiera sabía bien de que se trataba todo eso de la ‘’natividad’’ y sólo me dedicaba a escribirte anualmente mi carta y a esperar mi tan anhelado obsequio debajo del arbolito de navidad que deslumbraba con sus luces opacas y esa estrella tan grandota, que según comentaba mi papá había subsistido en la familia durante generaciones y generaciones colgada en lo más alto casi como un estandarte. Pero también es cierto que después de arreglarnos nos íbamos todos juntos a la parroquia del pueblo y al finalizar la oración navegábamos entre mares de felicidades, cumplidos, deseos de paz y prosperidad, abrazos, felices fiestas y tantos otros etcéteras.

Después de revivir todo esto, me cuesta mucho seguirte escribiendo, pero debo hacerlo. Después de todo es mi deber, porque a mis ínfimos diez años; soy el único habitante de VILLA MISANTRÓPICA que sigue creyendo en vos; ¡Sí, yo, solamente yo! Yo, en este pequeñísimo pueblo de un poco más de tres millones de habitantes soy el único que puede levantar una bandera que diga ¡PAPA NOEL EXISTE! Y no avergonzarme. Si es cierto, parezco un estúpido y todos mis amiguitos se burlan de mí en la calle, pero al menos hay una persona entre tres millones que todavía cree en algo diferente….Eso es algo bueno ¿O no?

Para ir finalizando te cuento que te escribo, pero ésta vez no es para pedirte un regalo como tantas otras veces, así que no esperes leer en ésta carta el ya clásico (o al menos eso imagino) ‘’Querido Papá Noel (con mayúscula por supuesto) este año me he portado requetebién por eso te quería pedir que debajo del árbol me dejes unas zapatillas nuevas, esas de la marca que usa ese basquetbolista tan famoso. Y si podes, dejame algo más en la casa de mi abuela, yo me voy a encargar de que mis padres compren una sidra y te la dejen bien fresca esa noche (…) ’’

Ese no es mi objetivo (aunque lo fue durante bastantes años) Sólo quería escribirte para despedirme, ya que según un referéndum popular que se votó en todas las urnas el domingo pasado, y en el cual el sí ganó por muy amplia mayoría, mi pueblo (Villa Misántrópica) ha decidido hacer algunos cambios con respecto a lo que antes llamábamos ‘’fiesta de navidad’’ y que desde ahora pasará a llamarse ‘’FESTIVIDAD CONSUMISTA ANUAL’’ Y el motivo de festejo pasará a ser, no ya el nacimiento de Jesucristo, sino la celebración de aquel mes en que se cobra el medio aguinaldo.
Entre otros cambios, se ha decidido abolir el arbolito de navidad, por que según parece eran muy difíciles de conseguir y había que exportarlos, eso sin contar las protestas de los grupos ecologistas de la villa. En su lugar se va a colocar una flamante computadora multimedia que podrá adquirirse a muy bajo costo en cualquier comercio de barrio, gracias al acuerdo de nuestros gobernantes con una empresa multinacional.

También serán abolidos los villancicos y todas aquellas canciones alegóricas al anterior evento, por ser estas consideradas muy aburridas y anticuadas para los tiempos que corren. En su lugar se podrán escuchar compact disks o DVDs de cualquier agrupación o cantante que esté de moda para esas fechas.

Más allá de muchos otros cambios que también serán realizados y que sería muy largo enumerar, el punto más importante de éste decreto ley llamado por la prensa ‘’de necesidad y urgencia’’ es el inciso numero cuatro que dice en una parte:

‘’….Y por lo tanto queda establecido por ley la inminente realidad y por las pruebas ya presentadas se decreta que'':

1) Papá Noel no existe.
2) Está completamente prohibido afirmar su existencia bajo pena de sanción.
3) El estado anterior de las cosas (en el cual se afirmaba la existencia de este ser imaginario) pasa a ubicarse en el olvido, no estando permitido su recuerdo en ningún tipo de medio de comunicación (…)
4) Desde que comience a regir ésta ley, los padres cuestionaran a sus hijos sobre los obsequios que ellos deseen recibir en ocasión de la ‘’festividad consumista anual’’. Pero lo harán sólo en forma oral, quedando abolidas las anteriores cartas (…) Bajo pena de nulidad.


Comprenderás que lo que estoy haciendo casi roza el delito criminal; pero no podía dejar de escribirte así porque sí y quería explicarte todo lo que había ocurrido. Ya que por suerte yo no me dejé engañar por la propaganda oficial; en la que se decía que vos les hacías mal a los niños, que eras una mentira que no nos dejaba madurar, que nos tratabas como tontos durante varios años y recién después nos decías la verdad, etc. No, yo no creí en todas esas estupideces, porque después de todo, y digan lo que digan, vos nunca me fallaste Papa Noel, vos siempre estuviste, cada veinticuatro, para unir a la familia, para desearnos felicidad, para decir ¡Jo, Jo, Jo! Sin importar la magnitud del regalo. Y ni siquiera si éste se encontraba o no, debajo del árbol….

Igual, y a pesar de todo lo que te digo, ésta es mi última carta, sólo espero que me entiendas, soy nada más que un niño de diez años. La noticia es muy reciente y por ahora he podido resistir los embates de la sociedad en que me encuentro y he sostenido mi bandera bien alta, pero no creo que pueda contra el sistema y lo más probable es que pronto madure poco a poco, te olvide y me convierta lentamente….en un consumista más….


PD: Aunque sé que debes estar un poco enojado por las decisiones que se han tomado en mí pueblo, y si no es mucho pedir, me gustaría que me cumplieras un último deseo (después de todo todavía creo en vos).
Por favor, el día en el que yo te olvide, y no te escriba más cartas, y no te pida más regalos y aleje esta ilusión infantil de mi cuerpo y me entregue perdidamente a la misantropía tan común en mi pueblo; dame un castigo, regalame una falsa felicidad, que toda mi vida dependa de los bienes materiales, que me entregue al consumismo desenfrenado, que no haya en mi ni un ápice de originalidad; que se caigan todas mis banderas. Quizás así, de ésta manera, las futuras generaciones comprendan nuestra desgracia. Y algún día podamos volver a festejar la navidad….

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que te puedo decir es algo muy lindo lo que escribís... hermano las palabras sobran (falta gente como vos en este mudo)

pd: tengo 23 años y no dejo de creer en él ni en vos.

con cariño tu hermano Arnaldo

Cristian Setharq dijo...

es increible como en este fecha uno camina por las calles y te das cuenta como todo el mundo corre.. luego paras en un semaforo y observas ... llegue a pensar ke yo era el ke estaba mal... ke deberia correr y meterme a la primera tiendo ke encontrara... mire el semaforo y dio verde al cruzar la calle mire akel niño ke sentado en las piernas de un anciano de blanca barba sonreia... y todo me kedo mas claro... mi mejor regalo para ustedes darles mi afecto y felicidad... primo!! no te mueras nunca .... =)